Tecnología que vibra: arte, IA y naturaleza en el Sónar 2025

Instalaciones que invitan a repensar el rol de la creatividad en un presente cada vez más conectado

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Barcelona en junio se convierte en un laboratorio gigante. Y uno de los epicentros de esa efervescencia creativa es, sin dudas, el Sónar, ese festival que hace más de 30 años viene mezclando electrónica, arte y tecnología. Más allá de los grandes nombres en los escenarios, hay un rincón que cada vez capta más miradas: Sónar+D, una zona donde artistas, tecnólogos y diseñadores muestran sus ideas que cruzan lo experimental con lo sensorial. Y este 2025, volvió a dejar en claro que el futuro no solo se baila, también se piensa, se observa y se toca.

En una sala repleta de creativos y curiosos, se presentaron proyectos de todo el mundo que conectan algoritmos con emociones, sensores con naturaleza y softwares. Te presentamos tres de los más impactantes:


Sonic Charge: cuando el beat lo compone una IA

¿Y si los ritmos los diseñara una red neuronal? El colectivo sueco Sonic Charge trajo una instalación en tres partes que convierte el diseño sonoro en un juego casi biológico.

  • Con BeatSpace, podés navegar por ritmos que se van modificando según tus movimientos y elecciones.
  • Synplant 2 te permite cultivar sonidos como si fueran plantas, literalmente viendo cómo “crecen” en pantalla.
  • Y Genopatch genera timbres nuevos a partir de grabaciones reales.

La experiencia es completamente interactiva y sensorial. Todo suena como si lo hubiera producido un músico, pero en realidad lo va gestando una IA en tiempo real con tus decisiones como estímulo.

Schematics: partituras ocultas en placas electrónicas

El griego Moraitis propuso algo hipnótico: Schematics, un proyecto donde convierte esquemas de sintetizadores en partituras gráficas.

Lo que a simple vista parece una placa electrónica, en realidad es una pieza sonora automatizada: se puede leer como partitura o directamente escuchar como música.

Líneas, símbolos, conexiones: todo forma parte de un lenguaje visual que revela la lógica interna del sonido electrónico. Moraitis no solo propone una estética distinta, sino una nueva forma de pensar la música.


Cuando la naturaleza diseña

Probablemente, uno de los proyectos más emocionantes del Sónar+D 2025 vino de la mano del artista Marce de Medeiros, junto a Robert D. Thompson (de MATERFAD) y un colectivo de artesanos catalanes: desde ceramistas hasta expertos en madera y vidrio. ¿La propuesta? Dejar que la naturaleza sea quien diseñe.

¿Cómo lo hicieron? Instalaron sensores en distintos puntos de Cataluña para captar las señales eléctricas de las plantas, la humedad del suelo y hasta ruidos subterráneos. Esas inteligencias naturales fueron las que luego deformaron y rediseñaron objetos físicos: un plato de cerámica modificado por señales biológicas, un taburete de madera que cambia de forma según los inputs del suelo, o textiles tejidos con patrones alterados por estímulos ambientales.

“Ya no es copiar la naturaleza. Es dejar que la naturaleza forme parte del proceso creativo”, nos contaba uno de los integrantes del proyecto. “Queremos repensar la artesanía no como algo antiguo, sino como un puente hacia un futuro más sensible y colaborativo entre humanos, materiales y entornos.”

El resultado es potente y conmovedor: una reflexión sobre cómo crear desde otro lugar, con otros tiempos y otras voces.


 Arte que piensa el futuro

En un mundo donde la IA empieza a escribir canciones y a crear imágenes en segundos, este tipo de experiencias nos obligan a frenar un segundo y preguntarnos: ¿quién diseña realmente? ¿Y qué pasa si le damos la palabra al entorno?

Porque sí: en el Sónar no solo se baila. También se piensa.

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